Vivimos rodeados de datos. Cada vez que enviamos un mensaje, realizamos una búsqueda en internet o usamos una app, estamos generando y compartiendo datos. Pero, aunque usamos este término todo el tiempo, no siempre nos detenemos a pensar realmente qué es un dato. ¿Es solo un número? ¿Una palabra? ¿Una señal? Comprender qué significa un dato y cómo se convierte en una pieza fundamental de la tecnología moderna es clave para entender el mundo digital en el que vivimos.
En este artículo vamos a explorar desde la definición básica hasta los tipos de datos, pasando por ejemplos concretos de la vida cotidiana y su rol central en los avances tecnológicos. También veremos las diferencias entre dato e información, y qué desafíos plantea su manejo en una era donde todo parece medirse, almacenarse y analizarse.
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¿Qué es un dato?
Para entender el mundo digital y tecnológico en el que vivimos, es esencial detenernos en un concepto básico: ¿qué es un dato? En términos simples, un dato es una unidad mínima de información que, por sí sola, no tiene un significado completo. Puede ser un número, una letra, un símbolo, una imagen, un sonido o cualquier registro que represente una realidad. Los datos son la materia prima con la que se construyen todos los sistemas de información y, en consecuencia, muchas de las decisiones que tomamos a diario.
Desde un punto de vista más técnico, un dato es un valor que puede ser observado, medido o registrado. No es necesario que esté interpretado o analizado; basta con que exista como registro. Por ejemplo, un dato puede ser la palabra “rojo”, el número “5”, o la fecha “8 de abril de 2025”. En sí mismos, no dicen mucho, pero cuando se les da un contexto se transforman en información útil.
Este punto es importante, porque muchas veces se confunden los conceptos de dato e información. La diferencia clave es que el dato es crudo, desorganizado, mientras que la información es el resultado de interpretar uno o más datos en un contexto determinado. Si los organizás en una tabla y descubrís sus regularidades ya estás obteniendo información.
Los ejemplos de datos en la vida cotidiana son infinitos: la hora que marca el reloj, el número de pasos que registra una app de salud, los “me gusta” que recibe una foto en redes sociales, o incluso los colores que eligen los usuarios en una encuesta. Todos esos elementos, cuando se recolectan y procesan, pueden ayudar a entender hábitos, mejorar servicios o tomar decisiones informadas.
Las redes sociales son uno de los escenarios donde más datos se generan minuto a minuto. Cada me gusta, comentario o interacción alimenta algoritmos y estrategias de marketing. Si te interesa saber cómo se aprovecha esta información, visitá 10 increíbles beneficios de las redes sociales y descubrí su impacto en lo personal y lo profesional.
En la era digital, saber qué es un dato y cómo se transforma en información se ha vuelto una habilidad básica. A partir de ellos, las empresas personalizan sus productos, los gobiernos planifican políticas públicas y las personas optimizan sus rutinas. Por eso, en los próximos apartados, vamos a ver qué tipos de datos existen, cómo se utilizan y qué herramientas se necesitan para gestionarlos eficazmente.
¿Qué son los datos en la informática?
En el campo de la informática, los datos tienen un papel central. Son la base sobre la que funcionan todos los sistemas, desde una simple calculadora hasta las plataformas más complejas como redes sociales, aplicaciones bancarias o motores de búsqueda.
Cuando hablamos de qué son los datos en la informática, nos referimos a cualquier conjunto de valores que pueden ser almacenados, procesados o transmitidos por un sistema digital. Estos valores están codificados de forma que una computadora pueda interpretarlos y operar con ellos.
A diferencia de los datos en la vida cotidiana, que solemos percibir a través de palabras, sonidos o imágenes, los datos informáticos están organizados en lenguajes que las máquinas entienden, como el binario. En este lenguaje, cada dato se representa mediante combinaciones de ceros y unos. De este modo, las computadoras pueden almacenar y recuperar esos contenidos con precisión.
Además, los datos en informática se clasifican y gestionan para facilitar su manipulación. Por eso, existen estructuras de datos, tipos de variables, formatos de archivo y protocolos de transmisión, todos diseñados para que el procesamiento sea eficiente y seguro. Un sistema informático interpreta los datos y los convierte en resultados útiles. Esto puede verse claramente en acciones cotidianas como recibir una notificación en el celular.
Es importante destacar que, en informática, los datos no son estáticos: cambian constantemente. Se crean nuevos datos cuando se escribe un mensaje, se modifican cuando se edita un archivo, y se eliminan cuando ya no son necesarios. Esta dinámica convierte al dato en un recurso estratégico, ya que a partir de su análisis es posible generar información valiosa, detectar patrones y tomar mejores decisiones.
En resumen, los datos en la informática no solo son registros, sino también el combustible que hace funcionar la tecnología. Saber cómo se almacenan, cómo se procesan y cómo se protegen es esencial en un mundo cada vez más digital.
La gestión eficiente de datos es clave para múltiples profesiones digitales. Si querés conocer más sobre roles vinculados a esta tarea, te recomendamos leer ¿Qué hace un Gestor Web?, donde se exploran sus funciones, habilidades y cómo trabaja con información digital a diario.
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Tipos de datos
Una vez entendido qué es un dato, el paso siguiente es conocer que no todos los datos son iguales. Existen distintos tipos de datos que varían según su forma, su función y el contexto en el que se usan. Esta clasificación es clave, ya que de ella depende cómo se almacenan, procesan y utilizan en los sistemas tecnológicos y en la vida cotidiana.
En términos generales, los datos se pueden dividir en dos grandes grupos: datos cualitativos y datos cuantitativos. Los primeros describen características o cualidades que no pueden medirse con números, como el color de un auto, el nombre de una persona o el estado de ánimo de un cliente. Los segundos, en cambio, se expresan en números y permiten realizar operaciones matemáticas: por ejemplo, la altura de una persona, la temperatura en grados o la cantidad de visitas a una página web.
Algunos tipos de datos, como los contables, cumplen funciones clave en el ámbito financiero. Por ejemplo, la balanza de comprobación usa registros numéricos para detectar errores y mantener el equilibrio en las cuentas. Si te interesa conocer más sobre este concepto, te recomendamos leer ¿Qué es la Balanza de Comprobación? Propósito, definición y ejemplos.
Datos discretos y continuos
Dentro de los datos cuantitativos, se puede hacer una nueva distinción. Los datos discretos son aquellos que toman valores específicos y contables, como la cantidad de hijos o el número de empleados en una empresa.
En contraste, los datos continuos pueden tomar cualquier valor dentro de un rango, como el peso, la velocidad o la distancia recorrida. Esta diferencia es clave para decidir qué tipo de análisis se puede aplicar y qué herramientas se van a necesitar.
Datos estructurados y no estructurados
Otro criterio de clasificación es el formato. Los datos estructurados están organizados en tablas y bases de datos relacionales, lo que facilita su búsqueda y procesamiento. Son típicos en hojas de cálculo o formularios online.
En cambio, los datos no estructurados incluyen textos libres, imágenes, audios o videos. Estos son más difíciles de analizar y requieren herramientas específicas de inteligencia artificial o procesamiento del lenguaje natural para extraer información útil.
Datos numéricos
Los datos numéricos son aquellos representados por números. Pueden dividirse en enteros (como la edad de una persona o el número de productos vendidos) y decimales (como los precios o medidas precisas). Son fundamentales para estadísticas, análisis financieros y cualquier sistema que requiera cálculos.
Datos de texto o cadenas de caracteres
Los datos de texto, también llamados cadenas de caracteres, incluyen palabras, frases, nombres, direcciones o comentarios. Son esenciales en casi cualquier aplicación, desde bases de clientes hasta sistemas de mensajería y redes sociales. Aunque no se pueden calcular como los datos numéricos, se pueden analizar con otras técnicas, como búsquedas por palabra clave o análisis de sentimiento.
Datos booleanos
Los datos booleanos representan solo dos valores posibles: verdadero o falso. Este tipo es ampliamente utilizado en programación, lógica de sistemas y encuestas de respuesta cerrada. Por ejemplo, en un formulario, un campo puede registrar si un usuario aceptó o no los términos y condiciones, con una simple opción de sí o no.
Datos de fecha y hora
Los datos de fecha y hora permiten registrar cuándo ocurrió un evento. Son esenciales para analizar secuencias, generar informes cronológicos o gestionar agendas. Además, permiten realizar cálculos entre fechas, como saber cuántos días pasaron entre dos eventos o cuántas horas se trabajaron en una jornada.
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Herramientas para trabajar con datos
A medida que los datos se vuelven más abundantes y valiosos, también aumenta la necesidad de herramientas que permitan recopilarlos, analizarlos y transformarlos en información útil. En el mundo actual, donde gran parte de nuestras acciones dejan huella digital, saber trabajar con datos es una habilidad clave tanto en entornos académicos como profesionales. Por eso, existen numerosas herramientas diseñadas específicamente para facilitar este proceso en diferentes niveles de complejidad.
Software de hojas de cálculo
Una de las herramientas más conocidas y accesibles para gestionar datos es el software de hojas de cálculo, como Microsoft Excel o Google Sheets. Estas plataformas permiten organizar datos en tablas, realizar cálculos automáticos, aplicar filtros, crear gráficos y obtener estadísticas básicas. Aunque parecen simples, siguen siendo fundamentales en muchas tareas cotidianas: desde analizar gastos personales hasta planificar inventarios.
Bases de datos y sistemas de gestión
Cuando el volumen de datos crece y se necesita un mayor control, entran en juego las bases de datos. Estas herramientas permiten almacenar grandes cantidades de información de manera estructurada y segura. Para administrarlas se usan sistemas de gestión de bases de datos (DBMS), como MySQL, PostgreSQL u Oracle, que permiten crear consultas, modificar registros y controlar el acceso a la información. Son esenciales en sectores como el comercio electrónico, la salud, la educación y la banca.
Plataformas de análisis y visualización
Otra categoría importante son las plataformas de análisis de datos, como Power BI, Tableau o Google Data Studio. Estas herramientas se enfocan en convertir datos crudos en información comprensible, a través de gráficos interactivos, dashboards y reportes personalizados.
Son muy útiles para tomar decisiones estratégicas basadas en evidencia, ya que permiten identificar tendencias, detectar problemas y evaluar el rendimiento de diferentes áreas dentro de una organización.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué es un dato y para qué sirve?
Un dato es una unidad mínima de información que por sí sola puede no decir mucho, pero que al combinarse con otros datos puede ayudarnos a entender una situación o tomar decisiones. En tecnología, los datos son la base para el funcionamiento de programas, aplicaciones y sistemas. Sirven para registrar, analizar, predecir y automatizar procesos.
¿Cuáles son algunos ejemplos de datos en la vida cotidiana?
Los datos están presentes en casi todo lo que hacemos: desde la temperatura que muestra el pronóstico, hasta los pasos que registra una app de salud. También cuando completás tu nombre y edad en un formulario, o cuando un sistema guarda tu historial de compras online. Todos esos son ejemplos de datos en la vida cotidiana.
¿Cuál es la diferencia entre dato e información?
La diferencia entre dato e información radica en el contexto y el procesamiento. Un dato es un valor aislado, como “25°C” o “María”. En cambio, la información surge cuando esos datos se interpretan y se les da un sentido, por ejemplo: “Hoy hará 25°C, un día ideal para salir” o “María fue la mejor alumna del curso”. La información siempre implica una organización y un propósito.
Conclusiones
En un mundo cada vez más digital, comprender qué es un dato y cómo se transforma en información es fundamental. Desde los registros más simples hasta los algoritmos más complejos, los datos están presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Saber cómo se recopilan, qué tipos existen, cómo se almacenan y qué herramientas nos permiten analizarlos, es esencial tanto para usuarios comunes como para profesionales de la tecnología.
A lo largo del artículo vimos que los datos son más que simples cifras o palabras: son piezas clave para entender el presente, anticipar el futuro y tomar decisiones informadas. Y también repasamos su papel central en la informática, su presencia en nuestras actividades diarias y su impacto en la evolución de herramientas tecnológicas.
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